Para empezar nos situaremos en una de las islas de Hawaii, con más de 1000 millas de carreteras por recorrer (y aquí son 1000 millas de las de verdad) que contarán con los más variopintos paisajes, desde las clásicas avenidas principales cerca de la playa hasta las más complicadas que atraviesan las montañas y que se pueden realizar de subida y de bajada. Con ese número de kilómetros disponible es de esperar que el jugador tenga el suficiente espacio para correr durante tiempo sin llegar a haber explorado por completo toda la isla.

Nuestro presupuesto inicial deberá gastarse en las dos cosas más importante que se pueden hacer en Hawaii si a uno no le gusta el surf: una casa y un coche. Las casas actuarán de nexos desde los que podremos realizar determinadas actividades y acceder a opciones especiales de compra-venta, por ejemplo, además de proporcionar un garaje (al estilo Grand Theft Auto) en el que almacenar nuestros vehículos, ya sean motocicletas o coches. A mayor cantidad de dinero, mayor la casa y mejor el coche, claro.

Para conseguir ese dinero siempre tendremos la posibilidad de efectuar misiones secundarias que están distribuidas a lo largo del mapeado. Estas misiones incluyen las clásicas de llevar a alguien de un sitio a otro o bien ir consiguiendo retos del estilo de alcanzar determinada velocidad en un tiempo determinado o tal vez llegar en la menor cantidad de segundos de X a Y. Dichas misiones, aunque repetitivas, constituyen el corazón de las alternativas de Test Drive Unlimited.

Y hablamos de alternativas porque evidentemente el corazón de un juego de carreras es precisamente correr en competición. Para ello tendremos varias posibilidades: la primera de ella consiste en participar en todo tipo de retos en los que nuestros oponentes serán los miembros de la inteligencia artificial, a los que podemos retar en cualquier momento. Al igual que en el resto de mini-misiones, solamente algunas estarán disponibles al empezar la partida y otras se irán desbloqueando a medida que avancemos.

 En el juego online la cosa cambia bastante, ya que el juego quiere categorizarse como el primer multijugador masivo online de conducción. Lo cierto es que en principio permitirá que en la isla de Oahu los conductores puedan encontrarse libremente conduciendo sus deportivos por las calles y retarse el uno al otro, al estilo de lo que hacen en las películas en los semáforos, y pudiendo establecer el premio, la distancia a recorrer y otras variables. Todo esto de forma bastante sencilla e intuitiva.

Aunque existe un número limitado de jugadores que podrán encontrarse simultáneamente en una zona del mapa, Atari tiene previsto incorporar un sistema de clanes para hacer que la reunión con los amigos sea más sencilla, participar en carreras de unos contra otros e incluso retar a clanes rivales. Habrá que ver el comportamiento online del juego y de qué modo se centralizarán los servidores, pero le daremos un voto de confianza hasta ese momento.

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